El cíbercrimen parece ir siempre un paso más adelante de los sistemas de seguridad.
Hace pocas semanas, una empresa de seguridad informática descubrió que los cibercriminales habían saqueado una enorme cantidad de data de un casino (información muy sensible). ¿Cómo lo hicieron, cómo entraron?A través de uno de los acuarios decorativos que hay en ese casino. El acuario tenía –sin protección- un termostato, sin ninguna vigilancia especial, conectado a Internet. A través de ese dispositivo entraron a la red del casino. Una vez adentro accedieron a toda la información acumulada, eligieron lo que más les interesaba, y pasando de regreso por el termostato escondieron lo robado en la nube. Para reflexionar sobre los nuevos riesgos de Internet de las Cosas y sobre los desafíos que plantea la imaginación de los hackers.
Las empresas avanzan velozmente en la digitalización de sus actividades, pero a la vez aumentan los riesgos que corren. El responsable de ciberseguridad se está convirtiendo en un personaje central en las organizaciones.
La ciberseguridad abarca herramientas, políticas, conceptos, prácticas y tecnología, todo lo cual puede ser utilizado conjuntamente para proteger tanto datos virtuales como infraestructura física que forman los activos de cada empresa.
El nuevo escenario revela que hay una nueva obsesión entre las empresas. La permanente y creciente amenaza de los ciberataques. Según un reciente informe de una consultora especializada en el tema, los delitos cibernéticos representan 85% de los casos de fraude que sufren las empresas a escala global. Esta creciente ansiedad afecta al mundo empresarial, pero también a los gobiernos, y a las relaciones internacionales.
Argentina y la región no son ajenos a esta tendencia. Latinoamérica se apresta a dar un paso adelante en la seguridad informática, y Argentina se despereza tras una larga siesta. Nadie se salva de estos ataques. Ni las fábricas de autos, ni los proveedores de servicios públicos, ni los datos de prestadores de la salud. Al punto que las compañías de seguros se preguntan si hay que inventor un nuevo producto: pólizas contra ciber ataques.
Fuente: Mercado